lunes, 22 de noviembre de 2010

Hablemos de Guti...



Mucha gente lo critica. Le recriminan su acusada irregularidad, el poco empeño en los entrenamientos, las sonadas fiestas nocturnas….en definitiva, la falta de compromiso con el club. Club en el que llevaba jugando desde que tenía nueve años. Nadie ni siquiera Raúl González lleva tantos años en el Real Madrid.
Yo no voy a defender eso. Porque hay cosas indefendibles y sinceramente, ésta es una de ellas. Además, me he tirado mis últimos años de vida defendiendo a este rubio ante mi padre, antes amigos o ante a todo aquel que se dignara a insultarlo con argumentos impropios de alguien que vive el fútbol, porque al de Torrejón se le podrá recriminar muchísimas cosas, pero lo que nadie me puede negar es que este hombre tiene magia en las botas y en la cabeza.
Un simple joven ha sobrevivido veinticuatro años (los quince últimos en el primer equipo) jugando en el club con más exigencias del mundo. Ha superado fichajes millonarios. Jugadores que han pasado a la historia. Pero al final siempre ha estado él para dar ese último pase. Pases imposible que muchas veces sólo ve el segundo capitán merengue.
Muchos lo llaman la eterna promesa. Dicen que es el jugador que más talento ha desaprovechado y yo estoy convencido de eso. Muchas veces me pongo a imaginar como hubiese sido todo si el catorce blanco hubiese sido más responsable, más leal, más serio y templado. Entonces, estaríamos hablando de uno de los mejores jugadores del mundo. De uno de los capitanes blancos más laureados de la historia y de uno de los estandartes de la roja. Pero entonces, no hablaríamos de Guti. Y es que todo viene en el pack. A Guti lo amas o lo odias. No te deja indiferente. Es capaz de en un minuto dar un pase imposible y una patada en la boca a un rival. Y es que es así. Un chico como tantos. Capaces de desaprovechar y tirar a la borda todo en un instante.
La gente prefiere verle como lo que podría haber sido, yo prefiero verle como lo que fue, el último mago del fútbol. A partir de ahora disfrutaremos de la potencia de Ronaldo, la velocidad de Higuain pero, la magia, se va extinguiendo al mismo tiempo que abandona la casa blanca.
Por desgracia para mí y muchos de sus seguidores, el domingo 16 de mayo fue el último partido que jugó con la elástica blanca. Una semana antes, los hacía en el Bernabeu. Estadio que despidió al capitán con el grito: “Guti, ale, Guti, ale”.
Los medios de la liga turca nos hablan cada fn de semana de sus triunfos de sus grandes partidos, no obstante a Guti le queda por hacer realidad un soñado viaje a Bangkok con la moto.

Yo me quedo con unas palabras sacadas del Especial Informe Robinson que le hicieron a él: “La quinta esencia del pase… hasta el más acérrimo detractor habrá de concedérsela… Hubo momentos en los que levantó la cabeza, apuntó y sacó el compás, y el balón pasó como un fantasma entre contrarios para llegar inclemente hasta el compañero elegido”.

Ahora me quedo con unas de mi propia cosecha y es que son muchos los pases imposibles que llegaron a su destino. Son muchas las veces que me has hecho vibrar viendote jugar. Son muchas las ocasiones que me he sentido orgulloso de defenderte a diestro y siniestro... y sin más ... Gracias Don Jose María Gutiérrez por enseñarnos a amar el fútbol.


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